viernes, 11 de octubre de 2013


Cuando los talibanes tomaron el control del valle de Swat en Pakistán, una niña alzó su voz. Malala Yousafzai se negó a ser silenciada y luchó por su derecho a la educación. El martes 9 de octubre de 2012, con quince años de edad, estuvo a punto de pagar el gesto con su vida.
Hoy hemos sabido que el Parlamento Europeo le ha concedido a Malala el mismo galardón que en su día obtuvieron Nelson Mandela o las Madres de la Plaza de Mayo: el Premio Sájarov, que se concede a organizaciones o personas que destaquen por su lucha contra la injusticia.

De esta forma se reconocen la valentía y el coraje de Malala , que  empezó su lucha por el derecho de las mujeres a la educación, la libertad y la autodeterminación cuando tenía once años -ahora tiene dieciséis-, a través de un blog en el que, firmando con pseudónimo, denunciaba la prohibición talibán a las niñas de ir al colegio. Los talibanes intentaron asesinarla sin éxito en octubre de 2012, aunque estuvieron cerca de conseguirlo. Desde entonces se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos de las niñas y su acceso a una educación universal.

Su libro "Yo soy Malala" nos hace creer en el poder de la voz de una persona para cambiar el mundo.


"Un niño, un profesor, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo"
 
(Malala Yousafzai ante Naciones Unidas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario